
Conozco la estrategia de gamification pero ¿conozco al cliente?
La gamification ya es un hecho; cada vez son más las organizaciones que la incorporan a sus prácticas de marketing con el objetivo de atraer nuevos clientes pero, ¿saben realmente las empresas cómo aplicar estrategias propias del juego a contextos diferentes al mismo?
Hay una serie de recomendaciones que son imprescindibles para obtener de esta nueva estrategia todo su potencial. En primer lugar es necesario saber qué es lo que motiva a los diferentes usuarios a interactuar con un juego. Ante este interrogante hay múltiples respuestas en función del perfil de cada uno y si se tienen todas en cuenta las posibilidades de éxito aumentan.
La recompensa es algo fundamental; una empresa debe ser capaz de conectar con los consumidores y recompensarles por sus servicios puesto que si el usuario se siente satisfecho de sus acciones es más fácil que las comparta con otros usuarios beneficiando de esta manera a la empresa en cuestión.
Para que el usuario se sienta satisfecho con sus logros hay que marcarles una serie de metas en función de su estado y por eso es necesario conocer al usuario que se acerca a una determinada dinámica. Para que el usuario se involucre en el juego y por tanto proporcione feed-back y contenidos a la empresa las metas deben estar claras y adaptadas a sus capacidades, éste debe sentir que tiene el control de la situación y las recompensas deben traducirse en regalos (virtuales o no) que despierten su motivación.
¿Cómo es la persona que está participando de un determinado juego? ¿Por qué se ha visto atraído por esta dinámica de esfuerzo-recompensa? ¿Cuál es su estilo de jugador; competitivo, individualista, cooperativo? ¿Cuáles son las acciones que encuentra divertidas y por qué? Las preguntas parecen no tener fin pero si se quiere sacar el máximo partido posible de la gamification una empresa debe ser capaz de responderlas todas. Nadie dijo que el camino fuera fácil; pero sí satisfactorio.