La cara y la cruz del comercio online
La existencia de Internet y de sus herramientas es algo muy útil para las empresas. Gracias a ello han podido mejorar la comunicación con sus clientes dándoles respuestas rápidas a sus preguntas, aumentando la calidad de sus servicios y manteniendo una relación interactiva con ellos; todo esto reduciendo los costes.
Sin embargo, el comercio online también presenta una serie de desventajas e inconvenientes. Por ejemplo, los usuarios del mercado tradicional se muestran reacios a entrar en mercados virtuales porque tienen la sensación de que en ellos escasea la información necesaria sobre los productos y servicios que van a adquirir.
Por otro lado, las ventajas como la reducción de costes o la desaparición de los obstáculos geográficos y temporales hacen que aumente la competencia entre empresas del mismo sector por lo que hay que poner una mayor atención en la calidad del producto, en la publicidad y en el posicionamiento para conseguir destacar en el mercado.
Al igual que en el comercio tradicional el escaparate era el signo de distinción de un negocio ahora lo es la web corporativa; en ésta se debe proporcionar al usuario toda la información necesaria de los productos o servicios y se le debe dar la posibilidad de acceder a ella en cualquier momento. Haciendo esto se estaría solucionando el problema de la confianza en este tipo de mercado por parte de muchos usuarios partidarios del comercio tradicional.
Actualmente, en España las compras a través de la red están muy por detrás de países de la Unión Europea como Gran Bretaña, Noruega, Suecia o Dinamarca. Esta es la consecuencia de la falta de confianza que las empresas deben esforzarse en solucionar. El comercio online, en definitiva tiene muchas ventajas y no es productivo dejar que los inconvenientes frenen la capacidad de aprovecharlas.