
No es un juego todo lo que lo parece
Aunque el de la gamification es un término relativamente reciente en España eso no es excusa para confundir su significado con el de otros términos como `juegos´ o `simulación´. Si se pretende sacar el máximo partido posible de esta técnica lo primero que hay que hacer es saber no sólo en qué consiste sino en qué se diferencia de otras estrategias. Por gamification se entiende el proceso de aplicar dinámicas propias del juego a contextos no relacionados con el mismo. De esta definición se extrae el principal error que se comete al hablar de gamification: el pensamiento de que todo lo que parece divertido es un juego en sí mismo.
Las cosas no son siempre lo que parecen y en esta ocasión dicha afirmación tiene un especial valor. En primer lugar, la gamification implica recompensas, reconocimiento y motivación y son esos los factores que se buscan conseguir del usuario al aplicar las dinámicas del juego a un determinado ámbito. Motivar e inspirar ya sea al trabajador de una empresa o al posible cliente de la misma es el objetivo último de este método pero ¿cuál es entonces el fin de las dinámicas de simulación y de los juegos? En cuanto a la simulación, su fin último es recrear una serie de escenarios, sistemas y situaciones de manera que al usuario le sirva desenvolverse en ellos virtualmente de cara a la vida real. Es decir, el proceso de ensayo y error se comete en el mundo virtual y el aprendizaje que se extrae del mismo es lo que se aplica a los diferentes contextos de la vida real. En cuanto a los juegos, por su parte e independientemente de que sirvan o no para aprender algo, su fin último es introducir al usuario en la dinámica del juego en sí misma. No existen recompensas tangibles ni simulaciones que tengan una posterior aplicación práctica; jugar y ganar es la conducta principal de cualquier sujeto que se introduzca en un simple juego puesto que éste estará interesado intrínsecamente en la experiencia de juego.
En definitiva, pueden existir similitudes entre los términos de gamification, simulación y juegos pero el verdadero éxito para sacar el máximo partido de cada una de estas dinámicas es saber ver sus diferencias.